Salud - DIARIO COMUNAL MISIA AMELIA

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martes, 19 de noviembre de 2019

Salud

Yaxmin González Jiménez
ACARIGUA.- El gremio de enfermería del estado Portuguesa protestó a las puertas del hospital “Jesús María Casal Ramos” para exigir salarios dignos y mejores condiciones de trabajo debido a que la escasez de insumos que padecen los centros asistenciales del país, afecta la atención eficiente de los profesionales de la salud.
“Queremos decirle al estado y al país que hoy el gremio de enfermería sigue, está y continuará en la calle porque no estamos dispuestos a seguir con el hambre en nuestros hogares. La hiperinflación deteriora la colaboración que estamos recibiendo del Gobierno nacional como salario. Tampoco se han hecho efectivo, hasta la fecha, los tradicionales aguinaldos para el personal activo y jubilado”, dijo la presidenta del Colegio de Enfermería de Portuguesa, Ana María Velásquez.
Al asegurar que la protesta no es solamente por un mayor ingreso económico, Velásquez pidió el apoyo de los pacientes y los familiares para exigir mejoras que permita garantizarles la prestación de un servicio de salud adecuado.
“La situación que vive el sector salud es verdaderamente crítica cuando vemos que el Casal Ramos tiene dos semanas sin agua, ocho días sin planta eléctrica, donde las aguas negras están contaminando las áreas, en especial la unidad de cuidados coronarios que debió ser desalojada por el riesgo que corre tanto el personal como los pacientes, una sala de parto y hasta los quirófanos contaminados por la descomposición de los cadáveres que se pudren en una morgue que no sirve”, expresó.
Asimismo calificó de grave que al sector público de la salud tampoco se les garantice lo relacionado con la transfusión sanguínea, por cuanto el estado Portuguesa no cuenta con ningún banco de sangre público que esté prestando el servicio.
“Aquí le están administrando la sangre a los pacientes sin cumplir con las condiciones mínimas para garantizar que esos hemoderivados cumplan un protocolo, una cadena de frío para su utilización. Las enfermeras se quejan de que han recibido sangre en bolsas plásticas, con hielo, que no los mecanismos para cumplir con una transfusión”.
Otro aspecto que acentúa la crisis del sector salud es el ausentismo del personal según lo explicado por la dirigente gremial. “No puede ser que en una emergencia de adultos, con 35 pacientes con hemorragias digestivas solo hayan tres enfermeras, una emergencia pediátrica con 30 niños recluidos tenga tres enfermeras, una Unidad de Cuidados Intensivos con una sola enfermera, una unidad de nefrología solamente con dos enfermeras, una unidad de piso donde hay ausentismo total porque las enfermeras decidieron no seguir siendo cómplices de las condiciones que hoy viven los pacientes y familiares”.
Velásquez instó a las autoridades a atender las necesidades de los enfermos que ocupan el hospital y pidió a los familiares no tener miedo a denunciar las condiciones del centro de salud.
Gobernador mentiroso
La presidenta del Colegio de Enfermería del estado Portuguesa acusó al gobernador de mentir sobre la inyección de recursos al Casal Ramos y lo instó a verificar en persona que a este centro no ha ingresado ni un centavo de lo anunciado, al tiempo que criticó la inversión mil millonaria en la celebración de una expoferia.
“Porqué esos empresarios no invierten ese dinero en el Casal Ramos, que es un hospital de referencia, que fue piloto a nivel nacional e internacional por contar con el mejor personal y los mejores servicios, porqué esos empresarios no hacen una expoferia de prestación de servicios en el estado. Usted miente gobernador, le miente al estado y al país al afirmar que invierte recursos en la salud cuando es público y notorio el cierre técnico que enfrenta el hospital.


 Presidenta del Colegio de Enfermería de Portuguesa, Ana María Velásquez./FOTO: Jesús Fonseca
Aquí no sirve nada
“Tengo 17 días aquí con una niña con condiciones especiales hospitalizada y los baños no sirven, pediatría no sirve, las cloacas están colapsadas y todos los días tenemos que cargar agua para ayudar con el aseo de los baños y limpiar el área que ocupan los pacientes”, dijo Isbelia Pérez, madre de una pequeña que padece de microcefalia.
Aseguró que no tiene quejas de la atención de los médicos ni del personal de enfermería pero están limitados porque no tienen con qué trabajar y los familiares tienen que comprar desde las medicinas hasta el algodón que requieren los enfermos, de allí que instó al gobernador y a los alcaldes a “meterle la mano” al Casal Ramos.

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